sábado, 21 de noviembre de 2009

Critico de Arte Trujillano, Alfredo Alegría, comenta Lúdico

El Maestro Enrique Bustamante, es considerado por la crítica (hasta ahora), como el último pintor Naif del Perú. A lo que el Crítico de Arte Trujillano Alfredo Alegría Alegría, ha enriquecido señalando una nueva dirección, con una fluidez y solvencia de conocimiento que es digna de tomar en cuenta:

“Entre las muchas discusiones sobre las que se construyen los comentarios acerca de los conceptos y procesos del arte, destaca las referente a la pintura “naif”, la pintura “ingenua”. Apelativo de fines de siglo XIX, tiene representantes gloriosos como el gran Henri Rousseau. América Latina tuvo una serie de grandes exponentes de esta tendencia”.

“En esta oportunidad, la Alianza Francesa presenta a Enrique Bustamante, a quien la crítica ha llamado el “último pintor ingenuo del Perú”. Artista de amplia trayectoria, su obra se remite a figuras religiosas, palomas, paisajes andinos, formas de la selva. Tal vez se le calificó así pues no intenta elaborar conceptos plásticos, plasmar formas del inconsciente, seguir las pautas de la académica pintura de supuesta vanguardia. Si eso es ser ingenuo, en buena hora. Más, desde mi perspectiva, el trabajo del artista dista de ese apelativo tomándolo en toda su extensión”.

“Es cierto que son obras que no pretenden tener ningún carácter conceptual y con un énfasis esencial en lo decorativo. Pero, dejando a un lado las primeras impresiones, se hace claro que Bustamante elabora composiciones que son –en muchos casos- bastante complejas: construcciones planas de color realizadas utilizando como pretexto formas supuestamente ingenuas. Pero esas formas no tienen ni pretenden un sentido preciso de significación. El artista solo se propone plasmar la felicidad que brinda el puro desarrollo lúdico de la imagen, de la línea, el color y la forma. Construcciones que llegan a alcanzar una delicada belleza en el manejo plástico. En el caso de los paisajes, el juego es en perspectivas múltiples –si se trata del típico paisaje de aldeas y chacras andinas- o de planos superpuestos si el tema es la selva o la naturaleza. Cuadros que adquieren un tono melódico evidenciando en el artista un innato sentido del ritmo”.

“Hasta que punto son realmente “ingenuas” estas composiciones es algo interesante que analizar. Para el artista, la realidad no es sino un hecho de pura interpretación en un total reino emocional. Ande, iglesias de pueblo, aldeas y casitas tejadas, sembríos, flores exóticas, aves, astros, peces, imágenes entremezcladas en planos entrecruzados y composiciones que llegan a la sofisticación. Hasta devienen en verdaderos personajes que observan al espectador ofreciéndole una sonrisa. Una sonrisa melancólica por cierto. Como todos los representantes del arte naif, Bustamante rechaza la realidad en sí misma. El artista –y allí se encuentra el espíritu de la infancia en su trabajo- solo quiere entender ideas símbolo plenas de ternura. A ella se aferra. En ella persiste”.

Alfredo Alegría Alegría

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