Uso de grandes espacios, sin ningún tipo de interrupción formal, libertad que lo lleva a enrumbarse a rincones personales e íntimos, absolutamente alejado de el mundo que carga el musical, el artista ha declarado que estos están totalmente separados, que uno no tiene nada que ver con el otro, oídos y manos solo los une el mismo cuerpo.
Personajes cercanos y desconocidos para el resto va colocándolos uno a uno sobre lienzos monocromos, y los que no son, se llenan de raspados y espatulados que no tienen mas dirección que la intención del momento, sincero e inmediato, no se interrumpe notando una evolución visual en cada una.
Y a pesar de todo el espectador siempre unirá las imágenes y los sonidos en una sola interpretación, y es que es imposible no hacerlo, ya que la inspiración no proviene de otro lado que de sus experiencias personales, de todo lo vivido, mundo mágico infinito y de plataformas diversas, protagonizadas por un solo individuo que se parte en mil cuando se estrella contra el pavimento de la emoción, solo para volverse a unir y volar otra vez.
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